LAS PROFUNDAS RAÍCES DE LA ULTRADERECHA ESPAÑOLA
Gregorio Benito Batres
Algunos han avanzado más y
han concluido que esa ultraderecha ya formaba parte de UCD, AP, PP y de algunos intentos de partidos,
ya olvidados, pero tan populistas y ultrarreaccionarios como el actual VOX.
También ha habido analistas que agradecen a los partidos de derechas que hasta
ahora hubieran impedido la constitución de verdaderos partidos de ultraderecha,
acogiéndoles y acotándoles en un reservorio, como al covid 19. De esa forma
habrían impedido que el monstruo se convirtiera en activo y nos contagiara
inoculándonos el virus. Acción que les tendríamos que agradecer
encarecidamente.
Otros opinamos que el
monstruo ha estado siempre ahí y plenamente activo. Es la ultraderecha la que
ha permitido a la derecha gobernar y la que se ha alimentado y beneficiado
permanentemente de un país que ha seguido en manos de los cuatro poderes que lo
dominan desde hace siglos. En la cuádruple alianza se necesitan los unos a los
otros para mantenerse en el poder. De ahí la inextricable red de relaciones
tejida entre ellos. Para su defensa y protección se fueron creando verdaderas
herramientas para la ejecución de sus objetivos: Gobiernos, Cortes, Poder
Judicial, Movimiento Nacional, Sindicatos Verticales. Repartiéndose la Falange,
la Iglesia, el Ejército y la Aristocracia el poder en todos los campos.
Esos poderes han permanecido
y permanecen intactos desde hace siglos.
Como en las guerras, el Estado Mayor es el que dirige las operaciones,
el que establece las estrategias, siempre protegido y seguro en la retaguardia,
observando, cambiando de mandos, destituyendo, decidiendo dónde se debe
celebrar la batalla y cuándo; hacia dónde se debe dirigir el armamento pesado,
la logística y avituallamiento. Cómo y en dónde distraer al enemigo, cómo
debilitarlo; en qué puntos y en qué momentos atacar; cómo avanzar o cómo
replegarse y cómo conducir el ejército a
la victoria.
Para la propaganda de guerra
tienen todo el poder de sus medios de comunicación y propaganda; sus servicios
de inteligencia están infiltrados en todos los sectores. Recogen información y
lanzan desinformación, ahora las famosas fake news. Utilizan los Presupuestos
Generales del Estado para pagar a todos
sus servidores. Sus dirigentes son conscientes de que nunca se gana
absolutamente y, por tanto, una vez ganada la guerra hay que proseguir
constantemente combatiendo al enemigo en la paz.
Todos estos conceptos forman
parte de la teoría política, de la teoría y el arte de la guerra y de cualquier
teoría razonable para aplicar en cualquier ámbito de la vida cotidiana. Por
tanto no hay que ser doctor en filosofía. Sin embargo muchos analistas profesionales, sobre todo de
izquierdas, siguen perdidos sin encontrar el hilo que les conduzca a explicar
hechos diarios. O si lo saben, no se atreven a explicarlo.
Hay algunos que descubren
ahora que la dictadura franquista duró demasiado tiempo y eso ha producido un
gran vacío en la imprescindible práctica democrática necesaria para la madurez
social. Pero ¿por qué duró tanto tiempo? Hay países, sobre todo en el cuarto mundo subdesarrollado, desestructurado
políticamente que se vienen manteniendo desde hace tiempo con dictaduras
militares sangrientas y cotidianas. A pesar de su sangrienta actuación, sobre
todo durante los años de la posguerra y de coletazos hasta su final, el
franquismo no sobrevivió sólo con la represión. Sobrevivió con gran
tranquilidad, para ser una dictadura, porque a los cuatro poderes les convino,
le apoyaron y participaron plenamente en la elaboración y ejecución de sus
políticas. O porque en realidad Franco y el franquismo fueron una creación de
esos poderes reales para seguir dominando al pueblo español. El golpe fue preparado,
financiado y ejecutado por esas fuerzas. Franco pasaba por allí, se subió al
caballo y se quedó.
Hubo millones de ciudadanos
que se beneficiaban de la dictadura y colaboraron con ella.
Beneficiarios del caciquismo,
de la servidumbre, de pequeños favores, de pequeñas concesiones. Muchos de
ellos dieron el salto a la democracia sin haber sufrido la dictadura. Acostumbrados, ahora se dedican a pedir
porque vivieron de la beneficencia
franquista. La Iglesia, a todos sus niveles, formó parte de este régimen
benefactor y subsidiado. Su asistencia a los pobres junto con las damas de la
Acción Católica, nos retrotraen al siglo XVIII. La Falange
con la Sección Femenina copia de los cuerpos paramilitares femeninos de
la Alemania nazi y la Italia fascista, que dirigía la falangista Pilar Primo de
Rivera. Al colaboracionismo le pagaban con esos pequeños privilegios. Pusieron
de moda las mesas petitorias para cristianizar negritos y chinitos, hasta que
llegó la iglesia de la liberación y lanzaron al Cardenal Ratzinger.
Durante el franquismo los
jefes del Ejército y sus familias, y la jerarquía eclesiástica se han repartido
con cargo a los impuestos y a la explotación de los ciudadanos, privilegios que
les elevaban por encima del ciudadano medio en la vida cotidiana. Residencias
militares, Viviendas, Seminarios, Colegios Militares, Economatos, Clubs de
Campo, Hospitales, Colegios Religiosos y un largo etcétera conforman una parte
de las amplias bases sociales del
franquismo. Refuerzos materiales y valores adheridos, conformaban una argamasa
sólida que permitía al régimen salir al mundo de Occidente desde el balcón de
la Plaza de Oriente en olor de multitudes. Mientras su guerra al comunismo les
abría las puertas de la ONU.
Se construyó con facilidad
una amplia red que abarcaba el país entero e implicaba a cientos de miles de
españoles que funcionaron durante toda la dictadura de ojos, oídos, voz y puño
de la dictadura. En todos los pueblos el cuartelillo, el púlpito y el
confesionario; el alcalde y las fuerzas vivas, unidos en desfiles paramilitares
y procesiones.
En las ciudades se optó por
una red de informadores y colaboracionistas que iban desde el jefe de barrio,
normalmente un falangista, pasando por el cura de la parroquia y desplegándose
con porteros, porteras, serenos, confidentes, vecinos adeptos, que informaban a
la policía política patriótica. Su posición hoy no es cómoda, se resisten a
hablar de la verdad y son votantes fieles de los que impiden hablar del pasado
y reconstruirlo. Las Universidades Laborales creadas por el Ministro Falangista
Girón de Velasco que entreabrieron las puertas a la formación universitaria de
los hijos pobres del Régimen fueron otra fórmula de adhesión y fomento del
respaldo social.
Otros abordan críticamente el
proceso de transición al no producirse una verdadera ruptura revolucionaria y
en la medida en que al ser la partera
los propios poderes fácticos, éstos permanecieron incólumes. El resto
les servimos proporcionándoles los medios y la tranquilidad suficiente para
que cambiando algo todo siguiera igual.
En cuanto a la amnistía sirvió para perdonar a los verdugos y no para recuperar
a las victimas. Aquí no ha habido comisiones de la verdad, aquí no se ha pedido
perdón por parte de los verdugos que han seguido recibiendo homenajes y
medallas. Aquí no se ha devuelto el botín de guerra ni se ha conseguido la
catarsis social entre verdugos y víctimas.
A pesar de las luchas del
movimiento obrero y las víctimas de la represión, la dirección y el
contenido de los cambios se mantuvo en
manos de los poderes de siempre. No es
nuevo. En todas las revoluciones, a excepción
de la revolución de Octubre en la Rusia zarista, la burguesía utilizó a
los trabajadores de cabeza de turco y se subió a sus hombros para hacerse con
el poder posteriormente. La diferencia es que en nuestro país han mantenido el
poder las mismas fuerzas políticas de hace siglos. Y la burguesía ha renunciado
a la revolución burguesa a cambio de mantener a la clase obrera y a sus
representantes lejos del poder.
Otra corriente analítica
culpa a Felipe González y a la dirección del PSOE de entonces de no utilizar su
victoria absoluta en las elecciones de 1982 para proceder a una verdadera
revolución democrática apoyada por la soberanía ciudadana ampliamente
legitimada en las urnas. Recordemos que el PSOE ganó las elecciones con un objetivo y eslogan
rotundo: POR EL CAMBIO. La socialdemocracia europea ha demostrado sobradamente
su incapacidad y su desinterés para cambios reales y permanentes, y se ha
esforzado por crear una nueva clase dónde encuentra su vivero de votos y a la
que defiende para sobrevivir: las clases medias. Término tan ambiguo como su
composición, fronteras, ideología, condición económica, y situación relativa
respecto a la burguesía y a la clase obrera. Han tratado de disolver la
frontera entre explotados y
explotadores. Eso les permitía y les permite a los socialdemócratas una
ambigüedad política impresionante. Una especie de Partido Verticalista.
Por fin está la izquierda que
sólo ha tenido cierta fuerza y peso en ocasiones muy puntuales y que ha
sacrificado sus energías sin ningún resultado político. El deseo de cambiar la
sociedad sin un análisis sólido de la sociedad en la que vivía la ha llevado a
sucesivos fracasos y a su práctica desaparición. En ese proceso parte de esa
izquierda acabó en el PSOE con el pragmatismo del derrotado y otra parte, con
más fe que inteligencia y acierto, sigue
clamando y deambulando por una revolución desorientada.
Pero hay un análisis que une
a las izquierdas y es su minusvaloración de la derecha en nuestro país. Se
desprecia, sin crítica fundada, su papel en la historia de España. A pesar de
sus grandes y graves errores la derecha ha mantenido durante siglos y mantiene
el poder actualmente. La derecha se ha reinventado cuando ha sido necesario.
Fernando VII y sus caenas; La desamortización, las guerras carlistas, los
golpes militares, Amadeo de Saboya, la restauración con Alfonso XII, el
regeneracionismo, las dos Repúblicas, las Dictaduras, Franco con Hitler y Mussolini, y después con
Eisenhower; la transición y el bipartidismo son muestras evidentes. Lo
fundamental, mantener el poder.
A eso se ha unido, y entra
dentro de esa lógica, la sobrevaloración propia. La sociedad española es de
izquierdas, ¿Eh? Es una tesis indiscutible para muchos. A pesar de que las dos
tesis se han puesto en la vida real constantemente en cuestión, se han seguido
planteando como punto de partida para presentar proyectos y programas
políticos. Quizá la socialdemocracia se ha movido mejor en ese terreno porque
ha aplicado las tesis electoralmente, pero no en su práctica política al
ejecutar sus programas. De tal forma que ha optado por aplicar desde el
Gobierno políticas de derechas desde programas electorales de izquierda. Un
juego de magia que le sirve para seguir ganando elecciones.
No se debe de confundir el
extraordinario papel negativo que ha jugado la derecha para la sociedad
española, con su poder, fuerza e
inteligencia. No se deben de restar peras con manzanas. La derecha española y
en concreto la ideología de ultraderechas, ultrarreaccionaria, tiene una larga y fructífera trayectoria en
nuestro país. No así la ideología de izquierdas. Se dice que el único análisis
que se puede considerar marxista dentro del pensamiento español es el Informe a
la Comisión de Reformas Sociales, elaborado por el médico socialista español
Jaime Vera, en nombre de la Agrupación Socialista Madrileña. El historiador
marxista británico Eric Hobsbawm en su prólogo al Manifiesto Comunista indica
la corta primera edición de ejemplares
en español en comparación con las ediciones en países europeos. También hay que
destacar el profundo anticomunismo de la derecha española del que ha sabido
inteligentemente contagiar al resto de partidos y a la sociedad. El izquierdismo
ha funcionado de yunque en muchas ocasiones.
En Francia, Alemania,
Inglaterra, Italia o USA, ha habido pensadores marxistas y de izquierdas
capaces de enfrentarse intelectualmente a las mentes más preclaras de la
ideología de derechas y superarles en muchos casos, convirtiéndose en
referencia para el conjunto de la sociedad, respetados y admirados por
Instituciones Académicas, Científicas, Culturales y por los pueblos. Es posible
que los procesos de industrialización más tempranos y tiempos más largos de
permanencia histórica de la clase obrera en esos países hayan facilitado una
acumulación de experiencias y saberes que impregnaron el mundo intelectual.
Pero aquí la derecha se cuidó muy mucho de cortar de raíz esos brotes. Las
amplias y profundas depuraciones después de la guerra del 36 dejaron un vacío
irreparable.
El interesante libro de
Thompson, La formación de la clase obrera
en Inglaterra, describe y analiza un largo recorrido
protohistórico de la clase obrera inglesa. Aquí, Núñez de Arenas y Tuñón de Lara pusieron las
bases para analizar el mundo del trabajo industrial. Hay sin embargo menos
estudios y más edulcorados, pagados por encargo, sobre el capitalismo español,
sobre su ideología sobre sus interconexiones con otros poderes como la
Aristocracia, el Ejército, la Iglesia, las Instituciones Políticas, la
Universidad, la Intelectualidad. Se vislumbra una tupida red de interconexiones
familiares entre los miembros de todas las instituciones, bien abonadas y
regadas con nombramientos de altos
cargos en las administraciones, así como de
concesiones para explotación de riquezas públicas, en manos de la
Monarquía y de los Ministros de turno.
Es necesario superar un
optimismo ingenuo y recordar que nuestro siglo XIX, y nos limitamos sólo a él,
está plagado de una pléyade de intelectuales y pensadores de derecha y
ultraderecha. Es cierto que a finales de siglo con el nacimiento y ascenso de
las ideas socialistas, los procesos revolucionarios y la incapacidad de la
derecha para resolverlos políticamente, aparecen una serie de intelectuales que
se acercan al socialismo y colaboran con él. Pero el peso y la larga historia
del pensamiento político reaccionario en nuestro país va tener una presencia y una proyección muy
profunda que llega a nuestros días.
Por tanto, analicemos con más rigor que detrás de los
ineptos, de los simplones, de los que no tienen ninguna capacidad para ejercer
las responsabilidades que tienen, están los que les han puesto ahí, para
cesarles cuando ellos mismos les quemen y nos les sirvan ya. Hay multitud de
ejemplos de marionetas que han cumplido y cumplen hoy mismo con la función que
les han asignado. No confundamos al
capataz con el dueño de la finca.
Donoso Cortés, Balmes,
Menéndez y Pelayo, Ganivet, Maeztu, Ortí y Lara, Mella, Cánovas, Maura, y una
espesa ramificación de segundos niveles
influyeron decisivamente en la construcción de la ideología de la
ultraderecha durante el siglo XIX, que llega a nuestro días. A ellos se unían
en la primacía espiritual, muy importante en aquellos tiempos, destacados
cardenales, arzobispos, obispos y la influencia educativa e ideológica de las
Órdenes religiosas, tanto de hombres como de mujeres, sobre una población
analfabeta. La Universidad Pontificia de Comillas, vivero para la reproducción de dirigentes de la
clase alta. Los colegios religiosos, los púlpitos, las fiestas religiosas eran
lugares de educación religiosa e ideológica. Se puede criticar su ideología
pero en ningún caso despreciar su inteligencia. Craso error. Se puede ser
fascista e inteligente. En el entorno de los fascismos han pululado o apoyado
explícitamente gentes como Ortega,
Unamuno, Marañón, Dalí, los Futuristas italianos, muchos científicos alemanes,
decisivos en la conquista del espacio, acogidos en EE.UU, con recelos de sus
colegas. Es el caso del Premio Nobel de Medicina, el eminente etólogo Karl
Lorenz, acusado de experimentar con seres humanos durante el nazismo.
En fin, la izquierda que no
entienda esto está condenada a repetirse y seguir fracasando. Nuestros enemigos
no nos han traicionado nunca. Son más inteligentes. Han pagado a los nuestros
para que lo hicieran. ¿Te vienen a la memoria algunos personajes actuales?
¿Tienes papel suficiente?
Muy interesante, y riguroso.
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