La Plataforma por una Banca Pública se opone a la fusión de Bankia con CaixaBank.
Plataforma por una Banca Publica
La Plataforma por
una Banca Publica considera que Bankia es un activo de los ciudadanos que no
debe ser objeto de privatización. La actividad de Bankia debe de encaminarse a
contribuir a la reconstrucción de la economía española y a crear puestos de
trabajo, no a crear más paro con los despidos. Asimismo, la existencia de
Bankia como banco público con una gestión independiente y profesional puede
ayudar a garantizar una mayor competencia dentro del sistema financiero
español. Este último ostenta de un grado de concentración superior al del resto
de países de la Eurozona y también se caracteriza por la menor presencia de la
banca pública.
Bankia debe de
ofrecer servicios básicos bancarios en todo el territorio nacional. Por encima
del objetivo de aumentar la rentabilidad de la banca privada está la defensa
del interés general que una Bankia pública puede ofrecer, al financiar las
inversiones allí donde se necesiten. Con la
fusión de Bankia y CaixaBank, que equivale a una absorción de Bankia por la
otra entidad, se pierde la posibilidad de que España tenga una banca pública
que contribuya a promocionar todos los territorios.
La
historia de la banca pública en Europa demuestra la importancia que la
financiación procedente de los bancos públicos ha tenido tanto en el desarrollo
económico como en el equilibrio territorial de aquellos países donde ésta ha
estado más extendida, como ejemplos Alemania y Francia (ésta con su
reorganizado "Polo de Banca Pública"). La banca pública ha contribuido, además,
a dotar al sistema financiero de una
mayor estabilidad.
En los países del entorno de la economía española,
existen diversas formas de banca pública de carácter universal. Dicha banca
capta recursos en el mercado y canaliza financiación al segmento minorista.
También actúa como un elemento de moderación y de referencia en sus prácticas.
Limitar el papel del sector público en el sistema financiero a la simple regulación
se viene demostrando como insuficiente.
Resulta necesario introducir el interés público en una
actividad como la bancaria, que se manifiesta como de creciente trascendencia
hasta resultar asimilable a un servicio público. En la reciente historia bancaria
se han evidenciado prácticas poco éticas con los intereses de su clientela o
abusivas (preferentes, clausulas suelo, gastos de hipotecas, manipulación de
los índices de referencia). Las crisis bancarias demuestran los peligros de
mantener el exclusivo criterio de máximo beneficio a corto plazo. Tales crisis
suelen tener un coste elevado para el sector público.
En España, el Sistema Bancario está excesivamente
concentrado. Los cinco mayores bancos públicos reúnen el 80% de los activos
bancarios. Además, la presencia de la banca pública es muy reducida. Solo
Bankia es un banco controlado por el sector público, en este caso a través del
FROB, que posee el 61,254% del capital de Bankia. Un objetivo principal del mantenimiento del carácter público de Bankia
es el de que exista mayor competencia dentro del sistema bancario, donde
resulta evidente el control de los activos bancarios por parte de un número
reducido de entidades.
La Plataforma por una
Banca Pública propone que Bankia mantenga su carácter de banco público. Incluso
sería congruente adquirir la totalidad de acciones privadas por su reducido
coste actual (alrededor de mil millones de euros) respecto a los beneficios que
puede generar su continuidad como banco público.
También es conveniente
que Bankia contribuya con su gestión al logro de los objetivos de la política
económica estatal. Bankia actuaría con criterios de banca universal de forma inmediata por tener una amplia red
de oficinas. Su presencia en la economía española se puede ampliar mediante un
convenio con Correos, cuyas oficinas pueden colaborar con la gestión de Bankia.
Esto le permitiría estar presente en todo el Estado. Se debe mitigar la
creciente exclusión financiera como consecuencia,
entre otros factores, del cierre de oficinas en las localidades pequeñas.
Se pueden orientar
las políticas crediticias hacia las necesidades más acuciantes de la economía
española, como la transición energética y ecológica; la atención a la España vaciada; el tratamiento preferencial a las pequeñas y medianas
empresas; la promoción pública de vivienda en alquiler; la atención a los
procesos de reindustrialización consensuados.
La fusión de Bankia con CaixaBank debilita la posición
patrimonial del Estado, que pasa de tener una participación de control en un
gran banco a una participación minoritaria en otro gran banco, lo que resulta
financieramente dudoso. No se puede arrebatar a los ciudadanos, y sin debate
previo, la oportunidad de tener una eficiente banca pública como la que existe en
los países más desarrollados de Europa que garantice una cierta competencia
dentro del sistema bancario.
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