CRECE LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO

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Hormigas Rojas


Los últimos datos macroeconómicos confirman que España se está recuperando paulatinamente, junto a los demás países de la UE, de los efectos negativos de la COVID-19. España creció el 2,6% en el segundo trimestre de este año y en términos anuales nada menos que el 19,8%, a lo que hay que añadir la previsión del Gobierno: la economía crecerá este año el 6.5% y el 7% en el próximo año. A este crecimiento está influyendo, muy a pesar del freno que representan los últimos repuntes de contagios, el importante número de personas vacunadas, el aumento del consumo interno, el relativo auge del turismo y de la hostelería y un notable avance de la recuperación económica de la UE.

En relación con el empleo, la EPA del segundo trimestre, recientemente publicada, contempla un importante aumento de la tasa de actividad: 23.215.509 (el 58,58%) personas activas, lo que representa un aumento de 1.240.300 (5,6%) sobre el segundo trimestre del año 2020. También la creación de 464.900 empleos sobre el primer trimestre de este año, habiéndose creado en el último año 1,06 millones de empleos. Como consecuencia, 19.671.700 trabajadores están ocupados en la actualidad, lo que nos sitúa en cifras muy cercanas a las cifras prepandemia. Además, la Seguridad Social ha establecido en junio un récord de cotizaciones (la cifra más alta de su historia) al alcanzar una media de 19.591.728 afiliados.  Por su parte, las empresas españolas cotizadas han obtenido 30.304 millones de euros de beneficio -entre enero y junio de este año- frente a las pérdidas agregadas de 14.144 millones en el mismo periodo del año anterior, a pesar de haberse cerrado 75.000 empresas, la mayoría microempresas de hasta cinco trabajadores.

Estos datos positivos no deben ocultar nuestra realidad social. Hay que recordar que 800.000 personas que trabajaron en el verano de 2019, previo a la pandemia, no pueden hacerlo en este segundo verano; simplemente porque 400.000 continúan en paro y más de 300.000 están inmersos en un ERTE que, no lo olvidemos, los sindicatos exigen prorrogar de nuevo en el mes de septiembre. Además, en España todavía tenemos 3,54 millones de trabajadores desempleados, lo que representa el 15,26% de la población activa, con el agravante de que el paro de los jóvenes (en torno al 40%), y la precariedad de nuestro mercado de trabajo alcanzan porcentajes insoportables (Ver Informe adjunto de Alberto Pérez García, The Adecco Group España).

Por otra parte, el año 2020 se cerró con un déficit del 11% del PIB, el mayor de la UE, y en el primer trimestre de 2021 alcanzó ya el 8,2% disparando la deuda hasta el 125% del PIB. Lo grave no es que el déficit se haya disparado, sino que corre el riesgo de convertirse en estructural, lo que obligará al Gobierno a reflexionar a fondo sobre el incremento de los ingresos fiscales a los que más tienen. Este hecho, unido a la subida del IPC por la brutal subida de la electricidad y los carburantes está haciendo emerger la complica situación en la que se encuentran cientos de miles de españoles al borde de la pobreza.

Por otra parte, el sector turístico está atravesando muchas dificultades por el repunte de la COVD-19. En el primer semestre del presente año han visitado España 5,4 millones de turistas que representa la mitad de los que nos visitaron en el primer semestre de 2020, al margen de que, en el periodo equivalente de 2019, fueron cuarenta millones los turistas que visitaron España.

En medio de esta realidad tan compleja, el mayor desafío de España sigue siendo el desempleo juvenil, la precariedad de nuestro mercado de trabajo (el número de contratos temporales de las mujeres alcanzan el 27,7% frente al 22,6% de los hombres, lo que duplica la media europea) y el necesario cambio de modelo productivo, con especial incidencia en la reindustrialización del país. En relación con este punto, es relevante el decidido empeño de los sindicatos para que el sector industrial alcance el 20% del PIB y que éste tenga una alta repercusión en la España del interior, en la España mesetaria y profunda (“España vacía”).

En todo caso, los Fondos europeos deberán ayudar considerablemente a sostener la recuperación de la economía. El peligro que se cierne sobre su reparto y gestión es la falta de realizaciones estructurales por parte del Estado y, por lo tanto, la necesidad de traspasar la inversión, en buena medida, a las Comunidades Autónomas, ayuntamientos y empresas. Con el grave riesgo de que ese reparto se haga de forma indiscriminada favoreciendo a unas CCAA sobre otras, lo que daría munición a las derechas para movilizarse y poner en serias dificultades la gestión del propio Gobierno. También el techo de gasto recientemente aprobado, que alcanza la cifra de 198.142 millones de euros (un 0,02% superior al pasado año), así como la aprobación de los PGE-2022, que deberán reforzar el soporte imprescindible para avanzar en la consolidación de nuestra economía: con especial incidencia en el empleo, en los servicios públicos, la digitalización de nuestra economía y en la transición energética.

La recuperación de nuestra economía debe ser compatible con la corrección del abultado déficit. En relación con ello, la ministra de Hacienda espera que el déficit público se sitúe este año en el 8,4% y en el 5% del PIB el año próximo, sin aumentar los impuestos por el costo político que ello puede comportar, a juicio del Gobierno, a pesar de la insistencia de Unidas Podemos para acometer una reforma fiscal en profundidad. En todo caso, los ingresos fiscales ya superan los de antes de la Pandemia. En la primera mitad del año se recaudaron en impuestos 90.475 millones de euros frente a los 87.546 que se consiguieron en el mismo periodo de 2019.

A ello contribuye y deberá seguir contribuyendo, según El País, la remuneración económica de los asalariados (incluye el aumento del SMI), que ya se encuentra en niveles ligeramente superiores a la situación prepandemia: 282.269 millones de euros en el primer semestre frente a los 280.307 millones del mismo periodo de 2019.

Sin lugar a duda, la reforma fiscal es el principal desafío que tiene España de aquí a los próximos años. Un reto difícil de abordar en esta legislatura, ante la actual relación de fuerzas en el parlamento y sus posibles repercusiones electorales. A ello contribuye la deriva del PP practicando una política de oposición extrema, radical, carente de alternativas y basada en una política electoral populista consistente en bajar impuestos (el ejemplo de Madrid es altamente significativo). En este marco político, Pedro Sánchez no parece dispuesto a embarcarse en un debate de resultados inciertos en el actual contexto político, a pesar de la presión que ejerce en la actualidad un sector representativo de la izquierda de su partido (PSOE).

En todo caso, la consolidación de este escenario macroeconómico requerirá del concurso de las CCAA y de los ayuntamientos, sobre todo si, como se prevé, persiste la actitud montaraz de las derechas empecinadas en que el Gobierno no culmine la legislatura. Por su parte, los interlocutores sociales se afanan por continuar en la senda de los acuerdos y en fortalecer el diálogo social y la negociación colectiva. No debemos olvidar que en los próximos meses tienen dos asuntos pendientes de extraordinaria envergadura: revalorizar el SMI para este año y abordar la derogación de las últimas reformas laborables, al margen de garantizar su presencia en el reparto y gestión de los Fondos europeos. Estaremos pendientes y atentos a la apertura del nuevo curso político en septiembre…

 

Se puede acceder al informe de la ENCUESTA DE LA POBLACIÓN ACTIVA, SEGUNDO TRIMETRE DE 2021, pinchando sobre el siguiente enlace:

INFORME ENCUESTA DE POBLACIÓN ACTIVA, SEGUNDO TRIMESTRE DE 2021 (lashormigasrojas.blogspot.com)

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