ENTROPÍA E ILUSIONISMO POLÍTICO

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 Gabriel Moreno Jiménez

La segunda ley de la termodinámica, ley de la entropía, es una ley sorprendente por la gran cantidad de información que proporciona sobre un sistema y por las posibilidades que ofrece para comprender la realidad. ¿Cómo funciona en la sociedad y por qué es importante conocerla? 

En las profundidades de la Tierra nunca falta agua que obstaculice la actividad de los mineros. A finales del siglo XVII a Thomas Savery se le ocurrió fabricar una máquina que, funcionando con calor, expulsara el agua que impedía trabajar a los mineros en las galerías de las minas. Es el inicio del uso del calor para producir trabajo. Tras un lento desarrollo se produce el salto en el siglo XIX con la fabricación de la máquina de vapor de agua inaugurando la revolución industrial, Aunque todo comenzó mucho antes, con Herón de Alejandría, inicios del siglo I de nuestra era, que construyó la eolípila o motor de Herón que calentando un depósito de agua cerrado conducía el vapor a una esfera que giraba al dejar salir el vapor por dos orificios contrapuestos. Principio de acción-reacción, tercera ley de Newton.

Mentes pensantes observaron estas máquinas y se percataron de que perdían una gran cantidad de energía. O sea, que parte de la energía que se utilizaba no aportaba trabajo, se desperdiciaba.

La máquina de vapor consiste, básicamente, en calentar agua que produce vapor utilizándolo para ejercer una fuerza. En este intercambio de calor, del horno a la caldera y de ésta al mecanismo propulsor siempre hay una pérdida de energía. Explorando la mayor eficiencia posible para reducir esta pérdida surgió el concepto de entropía, energía que se pierde.

Es una ley sencilla, no precisa de grandes conocimientos matemáticos, ni grandes fórmulas, pero su comprensión es enmarañada. Es una ley, una norma dictada por la naturaleza, que determina que todo crece hacia el desbarajuste, la descomposición. Comenzó con un primer significado, el calor va de un cuerpo caliente hacia el frío, nunca al revés, hasta llegar al equilibrio térmico. Considerando todo el universo, significa que el final del mismo será cuando se alcance ese equilibrio. Sin diferencia de temperatura no hay evolución, sólo final, muerte térmica del universo.

Es la responsable de la flecha del tiempo. El tiempo siempre avanza hacia adelante, no es reversible. Se envejece, jamás se podrá rejuvenecer. La segunda ley de la termodinámica es así de categórica, no perdona. Es la responsable de que no se pueda disponer de una máquina de movimiento perpetuo, que arreglaría los problemas humanos de abastecimiento de energía.

Cualquier estado con múltiples elementos, partículas, evoluciona al estado más probable de existencia, que es el de la desorganización. Es así por la enorme cantidad de combinaciones existentes para obtener esa estructura. El estado de partida evoluciona, se degrada inevitablemente si no se controla. Se comprueba cotidianamente. Por ejemplo, si se abandona el mantenimiento del domicilio, se deteriora, se desordena, se cubre de polvo.

Pero, ¿qué es lo que hace que la entropía aumente? ¿A costa de qué aumenta? Del azar. ¡Qué belleza! El azar es el determinante.  Esencia misma de la materia. Las distintas combinaciones de los elementos de un sistema respecto a la configuración inicial son incomparablemente superiores a la probabilidad de volver a la disposición originaria. Cuestión de probabilidades, de azar. Pura estadística. Un estado de alta entropía se puede lograr de muchas más formas posibles que un sistema ordenado. Así, el huevo que se rompe, los cubitos de hielo que se deshacen en el vaso, no se recomponen porque la probabilidad de que suceda es muy próxima a cero. Y ese es el desorden, el de la pérdida de información sobre la configuración inicial del sistema. El huevo reventado ha perdido mucha información sobre su configuración inicial cuando estaba encerrado en su cascarón. ¿Qué probabilidades existen de que vuelva a ser un huevo? Existen muchos más procedimientos de descolocar los componentes del huevo que de ordenarlos a su estado inicial. Por eso aumenta la entropía.

Esto es lo que sucede en el universo, el aumento constante de la entropía. Traducido a lenguaje comprensible: el universo evoluciona hacia el vacío. (Estrella, gigante roja, enana blanca, supernova, estrella de neutrones, agujero negro). Primero hacia agujeros negros, pozos de gran entropía, de gran pérdida de información. Después, el vacío. Hawking confirmó, es decir, demostró matemáticamente, que se evaporaran, por lo que el universo al final estará casi vacío, con partículas dispersas por la inmensidad del espacio. Es el máximo nivel de entropía. ¡La triunfal fuerza del desorden del universo! Todo por una simple ley de probabilidades. La medida de la frecuencia con la que puede suceder un evento.

Existencia real de la entropía. Se crea o no, se sufrirán sus consecuencias. Es una ley. Nada escapa a sus efectos. No se puede comprender el mundo sin entender la entropía y por qué nunca disminuye. Se mantiene o crece.

¿Se puede aplicar esto a las sociedades humanas? Si todo se degrada, ¿por qué no las sociedades, organizaciones, instituciones que fundan los humanos? Al fin y al cabo, el ser humano es un ejemplo perfecto de cómo avanza hacia el polvo después de una primera etapa de construcción. No es ajeno a la entropía. Por el contrario, está sometido a ella, además de ser un gran productor de entropía, hasta el punto de cargarse el planeta donde reside, según dicen los teóricos del medioambiente.

La máquina de vapor inició la revolución industrial. Y como secuela de ella surgieron las primeras ideas socialistas, cuyo principio rector fue libertad, igualdad y fraternidad. Aunque nació como lema de la revolución francesa de 1789, se utiliza aquí como forma concisa de recoger las doctrinas sociales que surgieron posteriormente. Estas nociones se fueron desplegando hasta adquirir cuerpo ideológico conformado como socialismo, comunismo o anarquismo. Un mismo objetivo, tres formas predominantes de aproximarse a él.

Las combinaciones de estos elementos (ideas y organizaciones) son múltiples, de ahí la variedad de posibles instituciones para llegar al objetivo final. Una de esas combinaciones sería la que quiere que todo permanezca constante, llámese derecha. Está basada en la fe, como las religiones, en la creencia de que la realidad es estable o que tiene un orden natural de existir inamovible. Rechaza la fuerza del azar. Pero la segunda ley de la termodinámica lo prohíbe; nada es perdurable. Así que se desecha por ir contra un principio elemental, la ley de la entropía, que describe la inestabilidad de los sistemas. Por tanto, considérense las otras tres y óbviese esta probabilidad.

El anarquismo como colectividad prácticamente ha desaparecido. El espontaneísmo revolucionario no ha funcionado excepto en momentos muy puntuales de la historia y con resultados exiguos.

Quedan socialismo y comunismo. Considerados hoy, final del primer cuarto del siglo XXI, estarían representados actualmente en España por dos organizaciones, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar.

La socialdemocracia surgió cuestionando el sistema capitalista pero pronto evolucionó a una corriente de pensamiento más dúctil (PSOE) que, sin cuestionar el capitalismo como sistema, recurría al Estado como mediador en los ámbitos económicos y sociales para promover la igualdad en la sociedad. Este régimen político se asienta sobre la democracia representativa para impulsar medidas que permitan la redistribución de la riqueza. Creación del estado del bienestar. Condiciones para que el capitalismo profundice en la democracia, la igualdad y la solidaridad. El Estado, la autoridad pública, debe intervenir para establecer el equilibrio y la libertad económica.

El comunismo, (no confundirse, Sumar no es comunista sino una especie de sincretismo ideológico, de escolástica medieval) sostiene la voladura del sistema capitalista. Se niega a reformarlo pues en ese intento es el capitalismo el que reforma a los individuos creando seres egoístas e insolidarios. Es un sistema político diferente con una articulación social y económica propia, caracterizada por el control social de los medios de producción. Quien manda son las fuerzas productivas. El marxismo considera tales a obreros, campesinos, ciencia, tecnología y herramientas. Al considerar estas disciplinas del conocimiento está estimando la función de la ciencia y de la tecnología como módulos fundamentales para construir el futuro que la humanidad se merece, expulsando la religión y el pensamiento metafísico del devenir humano. Por tanto, el poder es de los soviets, los consejos de obreros que manejan esa otra parte de las fuerzas productivas. Objetivo, la propiedad común y la eliminación de las clases sociales. “Dé cada uno lo que pueda (a la sociedad), reciba lo que necesite (de la sociedad)”.

Según la ley de la entropía, todo sistema pierde información desde su mismo inicio. Evoluciona hacia la descomposición; hacia la obsolescencia. Sin reversibilidad posible. Hacia la pérdida de información. El sistema acaba desapareciendo, dando lugar a otro nuevo. Las estrellas, al consumir su materia prima, se transforman en gigantes rojas, nuevas estrellas de constitución diferente.

La primera revolución industrial dejó paso a otras varias revoluciones científico-técnicas y económico-financieras. Las ideas surgidas al inicio corresponden ya a la arqueología industrial. Han perdido utilidad porque no explican la disposición actual del escenario y sus actores. En consecuencia, las organizaciones que encarnaban esas ideas, o se han transformado o son fósiles industriales que aún perviven. Como todo sistema, han degenerado a un estado de menor información, han envejecido. No puede ser de otra manera. Es el peso de la ley.

La predisposición es a considerar que se han adaptado a la nueva situación. Pero no es así porque su esqueleto es el mismo, aunque sus articulaciones se han oxidado y, en consecuencia, están agarrotadas. El esqueleto de una organización es su estructura organizativa y de mando, de toma de decisiones. (La ideología es la superestructura que da forma y consistencia). En lugar de adaptarse a las nuevas realidades han rotado hacia la miniaturización o, incluso, a la desaparición de la estructura organizativa, y a la concentración del mando en un cada vez más reducido grupo de fieles al jerarca principal. Como resultante de ello se ha limitado, si no suprimido, el debate colectivo.

El reducido núcleo dirigente, personificado en la figura del secretario general de estas organizaciones, posee tanta fuerza —como gravedad los agujeros negros—, que eliminan toda resistencia al control de su autoridad. Toda idea nueva que aparentemente merme o resulte incómoda a la dirección es censurada como peligrosa para la estabilidad de la organización que, ahora ya, se identifica con el grupo dirigente. El aportador de ideas fuera de ese grupo es considerado disidente y peligroso. Las purgas son una constante, imposibilitando la adaptación de la organización a la nueva realidad al haber eliminado la confrontación de ideas. Nada puede existir dentro del horizonte de sucesos (límite del alcance gravitatorio) del agujero negro. Es la oscuridad del pensamiento único. La militancia acepta este estado porque no concibe semejante cambio, o por la soledad a la que sería condenada con su expulsión de la organización con la que se había identificado. Esperanza de pronta caducidad de este ambiente.

El sistema, la institución, se mantiene más tiempo si se ralentiza el aumento de entropía alimentándolo. La energía que alimenta estos sistemas es la discusión, el debate colectivo, la contrastación de las ideas con la nueva realidad. Es la energía necesaria para frenar la degeneración, en el sentido de envejecimiento. “El análisis concreto de la realidad concreta” (Lenin). Al no admitir otros pensamientos pierde contacto con la realidad. Ésta está en permanente transformación irremediablemente, por lo que desvincularse de ella es transformar la organización en un ente virtual, es negarle su realidad, su esencia.

Es lo que sucede con el PSOE y Sumar actualmente. El control ejercido por sus líderes, ha coartado el debate, la inyección de perspectivas e ideas nuevas que les insertarían en la realidad para poder transformarla, por lo que persisten en el conocimiento arcaico que ya no explica la nueva configuración del sistema. No pueden comprender las grandes modificaciones producidas en la economía. Desde las formas de producir, hasta el dominio de la economía basada en las finanzas sobre la economía basada en la industria. Las grandes empresas son tan grandes que trascienden los estados y escapan al control de los gobiernos. Pueden cambiar de dueños en cortos intervalos de tiempo. O pueden mudar su ubicación con la misma celeridad. Al tiempo que los estados se ven abocados a mantenerlas si se desploman por los desastres sociales y económicos que pueden provocar. Ejemplos no faltan, como el caso de la banca en la crisis del 2008. Además, si el gobierno intenta someter a una gran empresa, le será imposible pues cambiará de país antes de que lo consiga dado su tamaño y su estructura. Ha bastado que las grandes empresas energéticas del país amenazaran con invertir fuera de España para que el gobierno haya decidido modificar su política impositiva. Gobiernan grandes corporaciones, que funcionan sólo para los intereses de sus amos. Adiós igualdad, libertad, colaboración-fraternidad.

PSOE y Sumar, no pueden comprender la nueva realidad por el aumento incesante de entropía en dichas organizaciones. Toda la organización, tanto PSOE como Sumar, está intervenida por el secretario general y sus colaboradores más directos que suelen ser los más dóciles, por ello mismo, no son los mejor preparados. Siguiendo los modales del superior, los personajes que dominan las instituciones son, también, pozos oscuros que, como agujeros negros, paralizan cualquier rayo de luz aumentando la fuerza de su gravedad.  El secretario general de cualquier organización sigue este mecanismo de absorción-eliminación (purgas). Es un proceso que lleva a un aumento de masa (burocracia), y por tanto de gravedad (fuerza coercitiva) que impide el nacimiento de algo nuevo. El proceso entrópico llega a su máxima expresión: la organización ha sido engullida por el que la representa. Apenas quedan resquicios de información, ya sea de lo que fue o de la que podría aportar a la buena gobernanza.

El proceso del PSOE es especialmente explícito. Su secretario general es el presidente de Gobierno. Ha eliminado el debate hasta hipnotizar al Comité Federal convirtiendo en inservibles los órganos internos de discusión y decisión.  El centro de gravedad se ha desplazado de la sede del PSOE a la Moncloa, residencia del secretario general. Ha fagocitado todo lo que está dentro de su horizonte de sucesos. Con cada ingesta aumenta la gravedad, y el alcance de su autoridad se expande.

Estas organizaciones, ante la incapacidad para comprender este sistema, y su necesaria transformación mantienen las viejas ideas como reclamo y ponen en práctica otras que profundizan la brecha entre el objetivo inicial (libertad, igualdad, fraternidad) y lo que querían evitar. Contra la libertad han instituido la nueva inquisición —lo políticamente correcto— y la manipulación del lenguaje como suma expresión de la revolución social. Contra la igualdad, ha surgido la desigualdad social y regional justificada como avances hacia la paz social. De los organismos complejos fruto de la colaboración (de ahí surgió el ser humano con capacidades extraordinarias como pensarse a sí mismo y al universo que le dio origen), se ha deslizado a la simplicidad de la aldea. De la fraternidad-colaboración a identidades en todos los ámbitos: idioma, género/sexo, nacionalismos… Acción reaccionaria y medieval porque retrotrae a una etapa mágica del pensamiento (alejada de la racionalidad y de la ciencia). No hay movimiento más rancio que el que propugna la separación de la mente y el cuerpo de aquel que nace en cuerpo equivocado. (La ciencia ha constatado que la mente emerge del cerebro, de la materia. No hay tal separación). O el que coarta la libertad humana para uniformar a las personas según identidades. El equilibrio térmico, la ausencia de diferencia de temperatura, es el fin del universo. La uniformidad, la ausencia de divergencias conceptuales y el pensamiento único entrañan la extinción de la organización. Y de las sociedades.

Dirigentes políticos meros muñidores de conjuras de poder, adictos a las conspiraciones, escasos de ideología, controlan al PSOE y Sumar. Todos y todo gira en torno al centro de gravedad del agujero negro, Moncloa. El aumento tan exorbitado de entropía se constata por la pérdida de información respecto a los orígenes de este partido, de lo que fue y propugnaba a lo que es y su ideario actual, gobernar para que no gobierne la derecha. Comenzó con el ideario socialdemócrata. ¿Cuál es el programa real, no inventado, de hoy?

La pérdida de energía, el aumento de entropía, se inició desde el mismo comienzo. El mensaje de la renovación democrática de la sociedad y contra la corrupción desapareció en la turbulencia alimentaria del atractor centro gravitatorio.   Ese movimiento en espiral de ingesta de compromisos se ha ido acelerando, indicio de un próximo cataclismo. Dado un nivel tan elevado de entropía se puede colegir el tiempo que tardará en consumirse la materia que alimenta el sistema. El resultado es que hay alimento para un breve periodo de tiempo. En ese período explosionará, sin llegar a gigante roja, en una nube de polvo. De esas nubes de polvo surgieron el sol y sus planetas y los minerales y componentes de los que están hechos los seres vivos. Esa es la esperanza, el surgimiento de una izquierda real preparada para afrontar todos los prejuicios y motivada por la comprensión de la realidad.

Consciente de este escenario el grupo dirigente se esfuerza en definir cómo es la realidad para que el gran público se adapte a esa visión virtual del mundo en que está sumergido. Siempre es así, el que gana decide cómo es la realidad. Por ello el gran brujo (persona que cree poseer poderes extraordinarios), el presidente del Gobierno, ha colocado a sus segundos al frente de las instituciones y ha formado un aguerrido grupo de chamanes (personas que creen poseer poderes sobrenaturales). De acuerdo a su fe, a su religión, el chamán considera que tiene capacidad para modificar la realidad o la percepción que la gente tiene de la misma. Este numeroso grupo trabaja a destajo buscando argumentos y montando trampantojos alucinatorios para cegar a la sociedad con vistas a mostrar una realidad conforme a los interese del gran brujo.  Pero sencillamente eso es imposible. Lo prohíbe la entropía, ley que no puede saltarse ningún humano, aunque pertenezca a alguna raza superior.

El deslumbramiento inicial de la población por lo que consideraban valor, astucia, habilidad, y por las promesas y proclamas contra la gran empresa para beneficiar a la mayoría, se está debilitando al tiempo que entre las pavesas se manifiesta la realidad. El relato, la narrativa optimista del Gobierno, pierde consistencia. No seduce como al principio. Los cambios de opinión ya no son considerados como audacia de un individuo, si no como falta de principios y de ideas creadoras, de volubilidad e inconsistencia, actitudes muy perniciosas en los responsables de la gestión de un sistema. Expresa la carencia de herramientas mentales para enfrentarse a los cambios que se producen, unos lentos y otros inesperados y acelerados.

Por más emociones que hagan emerger chocarán siempre contra la realidad que es la que configura la mente. Sólo es cuestión de tiempo. El reinado de estos nuevos brujos tiene el mismo recorrido que el de los chamanes de la época precientífica. Los ritos chamánicos y los chanchullos no pueden detener el proceso de degradación.

Sumar es un agujero negro en proceso acelerado de absorción por el otro agujero negro que es la Moncloa, que ya devoró al PSOE. Los militantes adeptos van cayendo en el pozo para, posteriormente, volatilizarse. La evaporación de estos pozos oscuros es tan pronunciada que se ve sin necesidad de telescopios. No hay posibilidad de marcha atrás. Al igual que es imposible que el vaso de cristal que se estrelló contra el suelo se recomponga y regrese a la mesa.

La producción de entropía es tan elevada que la materialidad de la existencia colectiva se manifiesta con crudeza y como reactivo al artificio ajustado a las ambiciones de una persona.

 

*          *          *         

Este escrito no es más que la constatación de la vacuidad del momento presente que puede valer para alertar sobre la necesidad perentoria de la construcción de una nueva organización que defienda los valores de siempre: libertad, igualdad, fraternidad-colaboración.

Los honestos militantes socialista deben perder toda esperanza de una renovación de la organización. Puede surgir algo nuevo, pero no será una nueva reencarnación del PSOE.

Pudiera suceder que este agujero negro engullera toda la sociedad y sus instituciones. Pero es demasiado pequeño para tamaña galaxia. Para ello precisaría de una buena maquinaria, que dispusiera de una organización, como fue el PSOE, trabajando síncronamente. Pero este partido es una herramienta oxidada, muy envejecida. La compañía de chamanes es insuficiente.

Los huérfanos tendrán que pasar su duelo, repensar la historia, analizar la nueva realidad, irse de vacaciones o aferrarse a la ética de la resistencia.

Los que se tapan la nariz, que recuerden que sin respirar la muerte se presenta a un par de metros, esperando pasar la guadaña.

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